En el pasado mes de septiembre estallaron en Hong Kong las
protestas del Occupy Central with Love and Peace y del grupo estudiantil Scholarism,
que tomó las principales calles de la ciudad para demandar la retirada de la
reforma electoral del Congreso Nacional del Pueblo. El sistema político solamente permite votar
entre dos o tres candidatos seleccionados por un comité compuesto por 1.200, en
su mayoría afines a la línea política del gobierno chino. El régimen comunista está activando todos los resortes para
evitar que la Revolución de los Paraguas se extienda más allá de Hong Kong; al
menos dos decenas de activistas han sido detenidos y muchos de ellos tras
colgar mensajes de apoyo en las redes sociales. Los activistas utilizan fotos y
textos para burlar la censura, pero éstas se eliminan o bien automáticamente o
por medio de censores humanos que vigilan las redes y eliminan uno por uno los
mensajes. Los líderes comunistas han alcanzado un consenso para manejar la
Revolución de los Paraguas. El editorial señala que la minoría de activistas de
Occupy Central tendrá que “hacer frente a responsabilidades legales” y que la
decisión de la Asamblea Popular Nacional es “irreversible”. Finalmente, el
diario también muestra su apoyo al gobierno de la isla por lo que se descarta
una intervención directa de las autoridades centrales o incluso del Ejército,
momentáneamente.
Francisco
Muñoz 1ºBACH-A
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